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NENOS DO RURAL SEN ATENCIÓN TEMPERÁ SETE MESES AO ANO

PRENSA 28-11-2021

Un total de 24 menores de la Mancomunidad Conso Frieiras vio suspendido su tratamiento


El servicio de Atención Temprana de la Mancomunidad Conso Frieiras engloba los concellos de A Gudiña, Viana do Bolo, Vilariño de Conxo, Riós, A Mezquita y Manzaneda. Estas administraciones locales se turnan cada año para solicitar la ayuda necesaria para costear el servicio, destinado a abordar problemas de desarrollo en menores de siete años, siendo Viana su promotor en 2021. Pero estos niños y sus familias se ven desprovistos de dicha prestación durante la mayor parte del año, aunque esté co?nanciada por el Fondo Social Europeo.


A lo largo de 2021, y hasta su cancelación el 31 de octubre, se atendió desde la unidad de Atención Temprana de la mancomunidad a un total de 24 niños y sus familias. Ahora algunas de ellas se ven obligadas a desplazarse hasta la ciudad y otras a pagar clínicas privadas, para no perder años vitales en el desarrollo de los niños y eliminar o minimizar sus dificultades. El resto, suspenden el tratamiento.


Luis Rodríguez Carmona, trabajador social del Servicio de Pediatría, Atención Temprana, Salud Mental Infanto- Juvenil y Obstetricia del CHUO, recibe constantes llamadas y peticiones de ayuda de estas familias. Pero la mayoría de ellas no pueden asumir el desplazamiento. Carmona explica que la atención temprana consiste en “un conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil que presenta pequeños trastornos en su desarrollo o está en riesgo de padecerlos, y a sus familias”. Además, el trabajador social apunta que “la atención temprana es un derecho de los niños, que deben estar en igualdad de oportunidades independiente del municipio en el que residan. Este es, por lo tanto, un servicio público y de carácter universal, que se presta tanto en las unidades hospitalarias como en unidades de atención temprana municipales”. Además, añade el trabajador social, “esta prestación municipal está cofinanciada en un 80% por el Fondo Social Europeo y se solicita a través de la Consellería de Política Social. Es subvencionable por un año, pero esta asociación de municipios únicamente lo hace por cinco meses. Esto obliga a las familias a desplazarse a más de 150 kilómetros hasta la ciudad para continuar con sus tratamientos en el CHUO, o pagarse un servicio privado”. Y, en ocasiones, subraya Carmona, las familias no tienen la posibilidad de realizar ni una cosa ni la otra, “cuando, a veces, ni siquiera cuentan con un coche, lo que implica un abandono temporal del tratamiento, y, con ello, el retraso en la recuperación y en la mejora de las patologías de los niños”. Además, Carmona puntualiza que “en Galicia hay mancomunidades con la mitad de población que esta agrupación de municipios que disponen del servicio todo el año. Mi parecer es que las distintas fuerzaspolíticas que gobiernan estos concellos no manifiestan su voluntad de acuerdo para ayudar y proteger a lapoblación vulnerable, haciéndole un flaco favor a la Galicia rural y aislada que tenemos. Todos tienen una cuota de responsabilidad. Y así se repite desde 2019”, sentencia. “Solo tienen que solicitar un dinero que luego se les devuelve”, explica. Si bien el servicio está conceptualizado para atender patologías musculoesqueléticas,
cardiopulmonares, neurológicas, del habla y la deglutición, en el caso de esta unidad se tenían contratadas a tres personas, con las especialidades de logopeda, psicóloga y trabajadora social.

GANADERA CON “HORAS EXTRA”


Carolina Pinto es una madre de A Mezquita, natural de Barcelona, que sale todos los días al monte con sus 50 cabezas de ganado. Tiene dos hijos, uno de 3 años y otro de 6, ambos usuarios del servicio, aunque el segundo ya se pasará del límite de edad el próximo año. “Soy autónoma, y ya cuesta ganar dinero en este sector, como para hacer desplazamientos tan grandes hasta la ciudad”, explica. “Ahora lo que hago es quitarle horas de juego a ellos y de descanso a mí para practicar juntos… Al ser autónomo, trabajas las 24 horas del día”, añade. “Es un poco frustrante”, reconoce. “Al principio, me costó acostumbrar a los niños para que cogieran la rutina de ir, y luego, cuando le pillaron el gusto, cierra el servicio. Entonces preguntan cuándo va a volver. Te dejan a medias, cuando nos estaban ayudando muchísimo. El año pasado y el anterior, acudí a una clínica privada de Verín, pero este ya no”, lamenta. Y asegura que “se nota muchísimo” en el rendimiento escolar la diferencia entre los 5 meses con terapia y los 7 de desamparo.


“SUPONE MUCHA ANGUSTIA”


Una de las trabajadoras de la unidad, que ejerció en ella durante los tres últimos años, explica que “tanto en 2019 como en 2020 y 2021 estuvimos cinco meses. Nos dicen que es por el dinero. Empezamos el 4 de junio a trabajar y terminamos el 31 de octubre, por lo que el servicio solo funciona en verano, precisamente cuando muchos niños no están, lo que dificulta mantener la atención. Pero no se llegó a un acuerdo entre todos los concellos y, por tanto, no se pudo asumir el coste. Y algunos de los niños tienen patologías graves”, puntualiza. De hecho, esta trabajadora añade que “ya pienso en dejar de presentarme a esta plaza, porque me supone mucha angustia dejar desamparados a los niños”. El servicio para los seis concellos, cuando está operativo,
consiste en el trabajo de tres trabajadoras, que es el mínimo exigible para recibir la subvención. En 2020 se colocó al frente como promotor Vilariño de Conso, y en 2021 fue Viana quien asumió este rol. El servicio regresará en 2022: “Ojalá se pudiera mantener todo el año”


El alcalde de Viana, Abelardo Carballo (fue este Concello de la mancomunidad el promotor del servicio en 2021), explica que “es un servicio bastante costoso, por lo que mantenerlo mientras no llega la subvención, entre marzo y abril, nos supone mucho gasto”. En cualquier caso, asegura, “volveremos a coger el servicio de nuevo en 2022”. Reconoce que “ojalá se pudiera mantener todo el año”, así como que “algún concello tenía previsto mantener el gasto, pero la mayoría decidió que no, porque no hay seguridad. La subvención puede salir, porque nos la concedieron todos los años, pero, ¿y si no?”, re?exiona.


José María Lago, alcalde de A Gudiña, concuerda en que “é un servicio necesario e moi útil, pero non temos medios para sostelo todo o ano sen unha subvención do 100%”, ya que “somos concellos con pocos recursos”.


Y Rafael Pérez, regidor de A Mezquita, sostiene que “este servizo debería depender da Xunta”, ya que “os concellos non temos fondos suficientes” .

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