prensa 18/06/2020
Durante el estado de alarma, la Unidade de Atención Temperá de Lalín mantuvo cerradas sus instalaciones ubicadas en el antiguo edificio de la UNED pero los trabajadores del centro, continuaron trabajando de forma telemática para atender a las familias y a los niños,. El martes, la Udiaf reanudó su actividad presencial tras adaptar el centro a las nuevas exigencias de prevención e higiene derivadas del covid-19.
Lo está haciendo con sesiones ya presenciales e individuales a los niños y llevando a cabo también otras labores como la realización de citas para consultas de acogida con el objetivo de dar salida a la lista de espera que se fue generando estos últimos meses de cierre forzoso de la sede.
Maia García, responsable de la Udiaf, señala que durante el estado de alarma «estuvimos teletrabajando en contacto directo con las familias, acogiendo, conteniendo emociones y trabajando a través de videollamada y revisando también los vídeos que nos mandaban las familias». Una labor para la que dice, «nos faltaban horas». Maia García destaca la labor realizada durante este tiempo por las familias «que nos sorprendieron, sacaron recursos de donde no había para proporcionarles actividades y sacar de lo malo, lo mejor. Fue un aprobado con nota». En cuanto a la forma en la que afectó el confinamiento a los niños explica que «cada niño es un mundo, y como a los demás a pasar más tiempo en casa le ayudó a reforzar el vínculo familiar, a contribuyó a que ganasen en autonomía y, a algunos otros niños más gravemente afectados y que tienen menos estrategias les generó ansiedad». Ahora, a la vuelta, las trabajadoras de la Udiaf los reciben «casi vestidas de astronautas». De momento, la cosa va bien y se trata, dice, Maia García «de que las sesiones sean terapéuticas y ellos se sientan cómodos». Las salas se desinfectan e higienizan totalmente en cada sesión, las entradas y salidas de niños y familias son escalonadas para que no coincidan unos con otros y cuentan con todas las medidas de higiene y seguridad. «Tratamos con niños inmunodeprimidos, que son de riesgo, y toda precaución es poca». Atendieron en mayo a 58 familias y más del 90 % recibieron atención telemática.