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Demandan a mellora do CAD de A POBRA

ANA LORENZO 
RIBEIRA / LA VOZ 

El Centro de Atención á Discapacidade (CAD) de A Pobra se ha convertido en un servicio de referencia en la comarca para tratar a niños de 0 a 6 años con necesidades especiales. De hecho, más de un centenar de menores de este municipio, así como de Boiro y Ribeira, visitan a diario estas instalaciones, que se mantienen con fondos del Concello y con una subvención de la Xunta. Sin embargo, el gran número de usuarios hace que los medios se queden cortos y que los trabajadores «estén desbordados», como señaló ayer el concejal Miguel Alamancos, que junto al portavoz de En Marea, Luís Villares, reclamó una mayor implicación de la Xunta para poder ofrecer una mejor calidad en el servicio, una petición que llevará al Parlamento.

Este último afirmó que se trata de una prestación muy necesaria, «porque os menores non poden agardar, e nestes momentos hai seis en listaxe de espera. A educación e a inclusión social non admiten listaxe de espera». En este sentido, exigió al Gobierno galleo que asuma sus responsabilidades en materia de atención temprana, ya que solo así se garantiza «o futuro e a igualdade de oportunidades».

En los mismos términos habló la parlamentaria de En Marea Paula Vázquez Verao, que fue más allá y pidió que «a Xunta asuma a necesidade de poñer en marcha unha rede integral de atención temperá á discapacidade no conxunto de Galicia, e facilite a prestación do servizo que, a día de hoxe, funciona fundamentalmente grazas ao compromiso dalgúns consistorios».

A la sobrecarga de trabajo que tienen que realizar los cinco trabajadores del CAD pobrense que prestan el servicio de Atención Temperá se une otro problema: toda la burocracia administrativa que hay que realizar para conseguir la subvención de la Xunta, que normalmente llega con muchos meses de retraso, y es el Concello el que debe asumir los gastos hasta entonces.

Tanto el concejal Miguel Alamancos como el alcalde pobrense, Xosé Lois Piñeiro, explicaron que hay que cubrir numerosos impresos y documentación, y que en la última convocatoria cambiaron los trámites de solicitud, lo que obligó a volver a rehacer todo lo que se había hecho, «o que supón unha carga de traballo a maiores, ademais de atender aos menores».

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